Libertad, Igualdad, Fraternidad
El lema de la francmasonería liberal “Libertad, Igualdad, Fraternidad” resume sus principios. El individuo debe ser libre en una sociedad libre, igualitaria y unida. La francmasonería se opone a las dictaduras y a todas las formas de fanatismo, allí se detiene su tolerancia. Entre individuos, independientemente de su clase social, etnia, género, orientación sexual o discapacidad, la masonería defiende la igualdad de derechos y oportunidades.
Sus miembros se oponen a cualquier partido racista, sexista o discriminatorio.
La Francmasonería considera que la solidaridad entre los seres humanos es lo que les permite trabajar mejor y encontrar una solución a los diversos problemas individuales o colectivos que pueden enfrentar.
En un grupo masónico:
- no hay distinción social o intelectual entre individuos;
- respetamos la libertad de conciencia de todos;
- unimos a personas muy diferentes, que es una forma de representar la variedad del mundo y permitir un aprendizaje práctico de la tolerancia;
- conocemos personas que no conoceríamos en nuestro entorno familiar o profesional;
- tenemos la oportunidad de enriquecernos mediante el contacto con estas personalidades diversas, unidas en una base igual y unida, animados por el mismo ideal.
Deberes
El deseo de justicia que anima a los miembros de la Francmasonería va acompañado de la convicción de que todo es perfectible: los seres humanos como las sociedades y las leyes que los gobiernan. Es un deber de todos mejorar y contribuir al mejoramiento de la sociedad, tomando medidas concretas para lograr este doble ideal.